
Qué lindo es la vida. No sé qué me anda pasando, es como encontrarle más sentido a la vida cuando te ves combinando fragilidad y fortaleza. Esta cosa de los contrastes, de los que comienzan y los que están con la vida ya comenzada. Las miradas, verme en la mirada mía y la de los míos, eso me produce un goce interno que no puedo dejar de compartir. Ahora entiendo a Damian cuando hablar y hablar sin parar, charlando con su mamá, o con su papá, o con los abuelos, o con las tías. Es como sentirse completo al compartir, aunque sea en ruiditos, las emociones que te agitan el estar vivo.
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